La depreciacón del capital natural
Soy de esas personas partidarias de la protección y preservación del Medio Ambiente. Ya no hablo solamente llevado por unos impulsos viscerales gestados en el profundo asco y horror que me genera la situación actual del planeta. Ahora hablo con una justificación lógica que va más allá de cualquier sentimentalismo o paternalismo hippie, ahora justifico la protección del medio para garantizar el funcionamiento del sistema en que vivimos. No doy por hecho que vivimos en un sistema idílico pero ya renuncié a pensar que hay un brillante sistema económico por descubrir que cambiará el mundo, ahora tengo los pies en el suelo.
El capitalismo funciona a base de incentivos económicos. Una empresa se mueve por el lucro y la minimización de costes, y hará todo lo posible para tener el mayor margen de beneficios. A menudo esto incluye el deterioro del Medio y la injusticia social; las principales quejas que engendra este sistema perverso y despiadado (alimentado por gente de igual características, no nos engañemos). Lo que no podemos hacer es negarnos a nosotros mismos que la gente no responde a incentivos económicos. Por triste que suene, lo que mueve las masas es el dinero. El ejemplo más claro es que si tu pones un impuesto a las empresas contaminantes por cada tonelada de residuo emitido, éstas empresas modificarán su conducta y se adecuarán a su nuevo sistema de costes: ahora contaminar cuesta dinero, y por lo tanto tendrán que encontrar la manera de producir de manera eficiente teniendo en cuenta la contaminación. Así, si se aplica el impuesto correcto, las empresas estarán incentivadas a cambiar su tecnología para no contaminar en exceso y evitar pagar un monto excesivo de impuesto.
Como véis, a las empresas y consumidores se les puede incentivar a contaminar menos (consumir menos, reciclar más) mediante los incentivos adecuados: en el momento en que nos vemos perjudicados económicamente cambiamos nuestra conducta. Ahora viene el eterno problema: nos enfrentamos a competencia desleal proviniente de países con poca o nula regulación ambiental. Para mi la solución es sencilla y aplicable, y tendría unos efectos externos positivos para el resto de países: los productos que quieran entrar en la UE deberán ser producidos mediante unas teconologías que respeten el Medio Ambiente y unos derechos sociales garantizados, si no presentan el "sello de calidad ambiental" aranceles. De éste modo las empresas europeas legitiman sus funciones de producción con costes ambientales incluidos y compiten solo con empresas con los mismos estándares de calidad. Y si algún país de fuera de la UE quiere exportar a nuestros mercados que incluya los costes ambientales y sociales que genera con su producción "barata".
En fin, hay modos de hacer que el mismo sistema de mercado se encargue de proteger el Medio Ambiente, por paradójico que parezca.
El capitalismo funciona a base de incentivos económicos. Una empresa se mueve por el lucro y la minimización de costes, y hará todo lo posible para tener el mayor margen de beneficios. A menudo esto incluye el deterioro del Medio y la injusticia social; las principales quejas que engendra este sistema perverso y despiadado (alimentado por gente de igual características, no nos engañemos). Lo que no podemos hacer es negarnos a nosotros mismos que la gente no responde a incentivos económicos. Por triste que suene, lo que mueve las masas es el dinero. El ejemplo más claro es que si tu pones un impuesto a las empresas contaminantes por cada tonelada de residuo emitido, éstas empresas modificarán su conducta y se adecuarán a su nuevo sistema de costes: ahora contaminar cuesta dinero, y por lo tanto tendrán que encontrar la manera de producir de manera eficiente teniendo en cuenta la contaminación. Así, si se aplica el impuesto correcto, las empresas estarán incentivadas a cambiar su tecnología para no contaminar en exceso y evitar pagar un monto excesivo de impuesto.
Como véis, a las empresas y consumidores se les puede incentivar a contaminar menos (consumir menos, reciclar más) mediante los incentivos adecuados: en el momento en que nos vemos perjudicados económicamente cambiamos nuestra conducta. Ahora viene el eterno problema: nos enfrentamos a competencia desleal proviniente de países con poca o nula regulación ambiental. Para mi la solución es sencilla y aplicable, y tendría unos efectos externos positivos para el resto de países: los productos que quieran entrar en la UE deberán ser producidos mediante unas teconologías que respeten el Medio Ambiente y unos derechos sociales garantizados, si no presentan el "sello de calidad ambiental" aranceles. De éste modo las empresas europeas legitiman sus funciones de producción con costes ambientales incluidos y compiten solo con empresas con los mismos estándares de calidad. Y si algún país de fuera de la UE quiere exportar a nuestros mercados que incluya los costes ambientales y sociales que genera con su producción "barata".
En fin, hay modos de hacer que el mismo sistema de mercado se encargue de proteger el Medio Ambiente, por paradójico que parezca.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home